Cúrate con la luz del sol y los rayos de la luna.
Con el sonido del río y la cascada.
Con el vaivén del mar y el aleteo de los pájaros.
Cúrate con menta y eucalipto.
Endulce con lavanda, romero y manzanilla.
Abrázate con el grano de cacao y un toque de canela.
Pon amor en el té en lugar del azúcar y tómalo mirando las estrellas.
Cúrate con los besos que te da el viento y los abrazos de la lluvia.
Ponte fuerte con los pies descalzos en la tierra y con todo lo que de ella nace.
Sea más inteligente cada día escuchando su intuición, mirando el mundo con el ojo de su frente.
Salta, baila, canta, para que vivas más feliz.
Cúrate a ti mismo, con hermoso amor, y recuerda siempre… tú eres la medicina.”
– María Sabina
Todos Somos Medicina: ¿Quién fue María Sabina?
Corrían los años ´60 y, sin salir de su humilde aldea en Oaxaca, María Sabina, la Mujer Espíritu, llenó el mundo de magia y encantamiento, convirtiéndose en el emblema de toda una generación hippies, que llevaron la psicodelia a su punto de eclosión. Llamada curandera, chamán o Chjota Chjine (la que sabe) por sus conocimientos, basados principalmente en su interacción con los hongos sagrados conocidos como Teonanacatl, de la familia Psilocibe, a los cuales ella los llamaba cariñosamente “angelitos” o “niñitos”.
Nativa del pueblo Huautla de Jiménez, en la sierra de Oaxaca, esta sanadora mazateca practicó la videncia y la medicina, cantando durante largas ceremonias, mezclando los conocimientos prehispánicos con la influencia de la corriente católica.
María Sabina fue visitada por innumerables personas. Entre los conocidos podemos citar a los Beatles, Bob Marley, los Rolling Stones, Aldous Huxley y hasta Walt Disney.