Los tiempos actuales nos invitan a fortalecer nuestra soberanía aprendiendo a discernir entre lo que es real y lo aparente. Hacer uso del poder de la palabra para cortar, liberar, despejar e interpelar es un derecho Divino que nos corresponde a todos. Nadie lo puede hacer por ti, se trata de tu libre albedrío y de una elección consciente. El momento de recordar quien realmente somos es ahora.